lunes, 6 de octubre de 2014

Anatt. Especial Halloween 2014. By Mary Blood





Anatt.


- Relajaos, respirad profundamente y dejad que vuestra mente vague hacia ese lugar. –

       La monitora del curso de Apoyo Psico emocional ante el Duelo, tras hablarnos con aquella dulce y suave voz, quedó en silencio.

- Cuando ya estéis en ese lugar especial, imaginad...el momento de vuestra muerte -

     Bien, seguro que alguno de vosotros estará flipando con lo que estáis leyendo, pero no...lo que os estoy contando es cierto . Este tipo de cursos existe, y es muy constructivo para aquellos que trabajamos con gente.

    Como os podéis imaginar, si se siguen los pasos de la monitora lo siguiente que sientes es una especie de claustrofóbica sensación que hace que el pecho te duela, el aire se te atore en los pulmones, la sangre se te congele, te entre la mas absoluta de las miserias y después boquees por aire.

     Es una mierda de sensación os lo aseguro, y yo me estaba sintiendo tan mal, tan rematadamente mal , que a punto estuve de levantarme de aquella reunión y  salir corriendo de la sala.

        Lo que me detuvo fue una voz grave y masculina, que me susurró  al oído y  me dejó petrificada.

– Déjate llevar...la muerte es algo  natural.-

     Abrí los ojos de golpe para ver quien era el maldito gilipollas que me estaba gastando tan macabra broma.

    Giré a mi izquierda y no vi nadie, a mi derecha y tampoco. Solo mis compañeros que parecían estar pasándolo tan mal como yo con las indicaciones de la profesora. Sentados todas en el suelo en circulo, con las piernas cruzadas , parecíamos mas una secta que un  grupo de estudiantes .

      Con el corazón acelerado y el miedo recorriéndome el cuerpo, respiré un par de veces para confirmar que estaba despierta, viva o lo que fuera...vamos, que no se me había ido la cabeza ni me había quedado dormida.

– No estás dormida, pero casi.-

     Me gire hacia mi derecha y fue cuando le vi.


       De pie a mi lado , se encontraba  un joven de pelo largo y negro, mirándome intensamente con unos grandes  y brillantes ojos oscuros. No era humano, vamos...ningún humano  era medio transparente ni tenía esa maravillosa aura de luz a su alrededor.

      Salté  sobre mí misma y me levanté aterrorizada, dando unos pasos hacia atrás. El joven que me sonreía absorto, si absorto...eso lo procesé después, no se movió. Seguía  en el mismo lugar sin reaccionar, observándome con las manos cruzadas frente a él y vestía con unos sencillos pantalones de lino ...e iba descalzo. En menudo detalle me fui a fijar, la verdad. Porque , como ya os he dicho ,lo mas extraño era que podía ver las cosas a través de él.

     Enseguida mi cerebro se puso a buscar mil y una explicaciones razonables y posibles a aquello, 3D, holografía, alucinaciones debidas al sospechoso bocadillo que me había comido hacía una hora en la cafetería universitaria, pérdida de las  gafas , extraños efectos alucinógenos de  gases...vamos, cualquier cosa que surgiera en mi cabeza que explicara como   podía ver la mesa del fondo a través de alguien.

– No soy ninguna de esas cosas,  tranquilízate, No estoy aquí para   hacerte daño.

     Yo estaba alucinando,  por que tenía que ser eso. Y  el corazón se me detuvo en el pecho cuando miré hacia abajo, al lugar donde había estado sentada hasta ese momento ..y me vi a mí misma  aún en el mismo lugar, con los ojos cerrados en la posición de loto en la que me había sumido en aquel extraño trance.

- ¿ Que..?- Grité.  Si, grité, porque tenía que gritar y provocar algún tipo de reacción.

     Nadie pareció oírme. Y mi transparente colega tampoco reaccionó de ninguna manera.

     Aún temblando,  me dirigí hacia mí misma o lo que presumiblemente era mi cuerpo  y me observé detenidamente. Dios,  yo estaba ahí, quieta, aparentemente dormida.  Me agaché y me miré de tan cerca que tenía que haber podido sentir mi propio aliento.

       Me levanté sin comprender nada y busqué  a mi traslúcido acompañante.

- ¿ Qué es esto? ¿ Qué está pasando? –  Al menos mi  conexión cerebro boca aun parecía que funcionaba, no muy bien porque terminé preguntando entrecortadamente, pero funcionaba.

– Te has desdoblado,  es así de simple.

– Esa de ahí...¿soy yo? – Pregunté temerosa. No quería oír la respuesta.

     Él hizo una mueca divertido.

- Eso parece.

     Me observé unos segundos con los ojos muy abiertos.

-  Joder, si que he engordado -

¿Que queréis que os diga? En situaciones extremas me sale la  idiota sin sentido que hay en mi. Mi sentido del humor es ridículo, ya lo se, pero...mi mente funciona de forma extraña a veces.

     Mi amigo rió con ganas y su maravillosa risa reverberó en mi pecho. Todo mi cuerpo vibro de una forma extraña. No me era desconocido ese sonido.

      Aquello era raro, por no decir, raro de cojones.

     Entonces me di cuenta de algo aún mas extraño.

      No sentía miedo, me refiero a ese miedo que te da al ver pelis de terror, o al miedo  visceral que había sentido unos minutos antes al pensar en mi muerte...no sentía ese tipo de sensación. Del pánico inicial, había pasado a una especie de conmoción irreal.

– Me encanta tu sentido del humor. Lo he echado mucho de menos – Proclamó acercándose a mi.

      Le observé  sin saber muy bien que esperar de él,  tenía miedo pero al mismo tiempo sentía mucha curiosidad por mi compañero. Cuando llegó hasta mi, alargó su mano y tocó con sus dedos la piel de mi mejilla.

      Si hasta  ese momento, no había sentido miedo, fue cuando lo tuve. Cuando me tocó estalló algo dentro de mi y me hizo ver las estrellas...no de dolor, no, joder...aquello estaba catapultándome a la estratosfera .

      Di un  paso atrás  aterrada.

- ¿ Qué me estás haciendo?

     Él me dedicó una sonrisa de oreja a oreja.

– Nada , simplemente sintonizo contigo. Ahora ya podemos  tocarnos.-

- ¿ Perdón?

      Dio un paso hacia a delante para acercarse de nuevo, pero como yo hice ademán de echarme atrás  otra vez, él me sujetó por un  brazo para evitarlo.

     Su contacto fue tan eléctrico que creí que se me doblaban las piernas.

– Tocarnos.- Aclaró él como si yo no hubiera escuchado bien la primera vez. Entonces fue  cuando vi que ya no era  traslúcido, se veía y sentía muy sólido. Muy real. Bueno, tan real como podía serlo yo, al parecer...no éramos reales.

– Sí lo somos, es nuestro Sahu * lo que estas viendo y sintiendo. Tu Ka** y tu Ba*** aun  no han abandonado tu cuerpo,  por eso aun está vivo.

      Parpadeé un par de veces. ¿Me estaba hablando en términos del antiguo Egipto? Cristo bendito. Lo mas extraño era le entendía perfectamente. Desde que tengo memoria he sido siempre una obsesionada fan de la egiptología aunque haya acabado estudiando ciencias de la salud por influencias familiares.  El chico, que por cierto, era de una belleza increíble, me sonrió de nuevo con una sonrisa  que me resultó familiar.

– Tu Ib**** recuerda lo que eras, por mucho que hayas renacido innumerables veces.

      Abrí los ojos como platos.

-¿ De qué estaba hablando?  y ¿ me estaba leyendo el pensamiento?

- Claro que lo hago, estamos sintonizados. Somos uno, ¿no recuerdas?.

   Uno.

     Le observé detenidamente  de arriba abajo y  fue cuando le recordé.    

       El flash  que atravesó  allá donde debería estar mi cortex cerebral  me dejó unos segundos atontada tanto por el dolor como por lo que me estaba mostrando.

– ¿ Anatt?- Pregunté  titubeando.

- Exacto, mi reina. – respondió  aquel hermoso ser que ahora ya me sonreía de una forma tan abierta que  era contagiosa.

     Las piernas me flaquearon. Acababa de tener una visión espeluznante de una vida...que había sido la mía.

     Lo sentí en lo mas profundo,  aquellas imágenes que me habían dejado flasheada eran de una vida...mi vida. Mi infancia , mi adolescencia, mi vida con mi esposo, el que tenía frente a mí mirándome maravillado

       Dio un paso adelante y su mano acarició mi mejilla de nuevo, pero esta vez de forma mas delicada, como si tocarme fuese lo mas reverente del universo.

      Lo admito, cuando un hombre tan atractivo como ese, te mira  como si fueras su mundo, te derrites. Y si encima le recuerdas  y sabes quien es y cómo te amaba...bueno, no te derrites, te fundes.

     No me aparté. No quería hacerlo,  una irresistible tentación quería  que él me tocara, me acercara, me notara. Algo cálido estaba creciendo en mi interior, algo que  siempre había estado ahí y que por fin volvía a ser.

     Su caricia fue tibia, temerosa,  al contrario de lo que hubiera podido esperar.

– Cuanto tiempo sin poder hacer esto, mi querida  Haat.-

     Cerré los ojos y me dejé llevar por el sonido de mi nombre en sus labios.

      Haat.

      Me habían puesto ese nombre por mi abuela, una antigua sacerdotisa de Isis que había dejado el templo por mi abuelo, un simple campesino.

      Me dejé llevar por las sensaciones que me provocaban mis recuerdos y  aquella mano que sentía tan real. Sus dedos  vagaron y acariciaron mi pelo, mis párpados, la punta de nariz...estaba deleitándose con cada centímetro de mi rostro.

     Cuando abrí los ojos, su cara apenas podía contener la emoción de tocarme. Al parecer estaba mas emocionado que yo..

– No he podido resistirme a verte Haat, cuando has accedido a este plano...he tenido que venir. Tenia que tocarte otra vez -

     Tanto amor en esa voz hizo que me doliera el corazón. Observé aquellos  bellos y oscuros ojos y el amor que vi en ellos me dejó aturdida. Los recuerdos volvieron a mi como si ayer mismo hubieran sucedido.

     Las lágrimas  empezaron a humedecer mis ojos al igual que vi cómo brillaban de repente los suyos.   Frente a mi se encontraba el ser al que  mas había amado , el que había entregado su vida por la mía.   Nos habíamos casado muy jóvenes cómo era costumbre en aquella época,  y muy jóvenes habíamos perdido la vida. Apenas pudimos disfrutar el uno del otro.

- Perdóname  Haat – Pronunció con voz dolida.  Le miré extrañada.

-¿ Por qué?

- Por  haberte fallado , por no haber sabido  protegerte mejor. No sirvió de nada que me ofreciera, al final Horis  no cumplió su palabra.-

     No, no lo había hecho. Mi esposo, había dejado que le degollaran sin ofrecer resistencia alguna  tras obtener la promesa  de mi amnistía por parte de su hermano . Una promesa que no fue mantenida ya que tras ver como mataban a mi esposo frente a mis ojos, tuve que ver como  abusaban de mi y me abrían en canal para sacar a mi  hijo no nato de mi vientre.

     Un frío mortal recorrió mi espalda al recordarlo. Pude sentir cada segundo de aquella muerte, mi muerte. Una  dolorosa y angustiosa muerte .

– Tu no tuviste la culpa de nada. – Repuse tranquila. Por Dios, había dado su vida por mi.

– No supe protegerte como era mi deber.- Volvió a decir apesadumbrado. No podía permitir que se sintiera de esa manera.

     Me acerqué a él y entonces fui yo la que le acarició el rostro. Y la sensación no pudo  ser mas placentera. Irradiaba calor, confianza, ternura.

–  No vale la pena mortificarse por lo que fue. No podemos cambiarlo.-

  Él me devolvió la mirada entristecido.

- No, no podemos.

     Miré a nuestro alrededor, porque  necesitaba desviar mi atención de ese dolor opresivo en el pecho, el dolor  de la esperanza, el dolor de perder de repente a tus seres queridos en medio de una  gran injusticia.

     El mundo continuaba su ritmo, a nuestro alrededor la monitora seguía hablando y  las estudiantes respondían, preguntaban, lloraban. Pero nadie aparentemente nos veía ni oía.

- ¿ Como es que hoy...?-

   Me sonrío  con esa sonrisa que conseguía en el pasado que me temblaran las piernas.

- Hoy el velo entre los vivos y los muertos es débil. Puede atravesarse...hoy la energía nos permite movernos.

     Era 31 de Octubre, víspera de  Halloween. Todo un clásico en los cuentos de terror.

– ¿Todo esto es real? ¿Tu eres real?

 -Todo lo real que tu quieras que sea. –

  Mi esposo me rodeó la cintura con su brazo y me estrecho contra su pecho, y su aroma invadió mis sentidos. Olía exactamente a como lo recordaba ¿ Como era eso posible?

     Me besó de tal manera que todo mi mundo se volvió del revés. No fueron  sus dulces labios tanteando los míos, ni la decisión con la que luego incrementó su beso, ni tampoco la pasión devoradora con la que concluyó su acercamiento... fue que cuando me besó, dos almas se encontraron en ese simple gesto.

     Cuando sus labios se separaron los míos, respiré para recuperar el aliento. En mi memoria  habían aparecido intactos todos nuestros recuerdos.  Toda nuestra vida en común, corta pero intensa.

     Enseguida me di cuenta de algo, algo que me sobrecogió.

– ¿Como podré  continuar ahora adelante? No  puedo perderte de nuevo. -Su aliento recorrió mi cuello, Anatt podía ser muy directo cuando quería. Y estaba claro lo que quería en ese momento.

– No tienes por qué. – murmuró en  mi oído.

- ¿ Qué quieres decir? – pregunte sintiendo como mi pecho se inflamaba con su cercanía, con sus  caricias y sus mordisqueos en mi cuello.

- No hace falta que vuelvas, puedes quedarte aquí conmigo. Para siempre.-

  Me separé  unos centímetros de él por la sorpresa, mirándole a los ojos, absorbiendo lo que sus palabras implicaban.

– ¿Dejarlo todo  atrás por..?

- Si , dejarlo todo  atrás por mi.

     No me estaba ordenando, simplemente me estaba planteando una opción, una elección que me daba a escoger. Lo sentía en mis entrañas, en mi interior...me permitía decidir por mi misma, sin coacciones.

– ¿ Que pasa si elijo volver?

- Te seguiré esperando hasta que vuelvas a mí. – Su respuesta fue sencilla, amable. – Olvidarás todo esto y tu vida continuará.

– ¿ Y si elijo quedarme contigo?

- Viviremos la vida que teníamos que haber vivido. – Como no entendía muy bien a que se refería, Anatt, continuó – Existen lugares en los que no necesitamos nuestro Sahu, lugares en los que podremos estar juntos sin saltar entre vidas. Incluso podrás conseguir otro Sahu-

  - Pero dejaré toda mi vida atrás, ¿ verdad?

      Él asintió.

     Era una elección muy difícil.

      Pasaron frente a mi mis dos vidas, la actual y la antigua. Por una parte tenía mi vida actual, con mi  pareja, Johan,  mis compañeros y amigos, mi profesión que tanto me había costado conseguir, mi familia que había luchado tanto por mi... una vida que era dichosa, feliz. Por otra parte...le tenía a él.

     Y lo que había sentido por el y sentía en ese momento, estaba a años luz de lo que sentía por  Johan, mi  novio. Anatt deslizó su mano hasta mi vientre y lo acarició.

– No solo me tendrás a mi, él también ha estado esperándote.-

          Y entonces sentí en mi vientre el destello de algo  que volvía  a la vida, el  latido de un ser diminuto que parecía estar aferrándose a mi como yo me había aferrado a él en el pasado.

     Aquello me conmocionó de verdad y me dejó bloqueada. Solo volví en mí cuando la voz de la monitora  se empezó a oír mas alta y empecé a sentir que el cuerpo de Anatt se iba difuminando.

    Sus ojos me miraron con dulzura y me sonrió con amor.

– No te preocupes,  sabremos esperar. Hemos esperado miles de años...podemos esperar unos cuantos mas.-

   Aquel simple gesto de generosidad, el darse otra vez a mi de nuevo sin esperar, fue lo que  hizo decidirme.

    No amaría a nadie como él en ningún lugar, ni nadie me amaría como él lo estaba haciendo.

   Tomé al decisión en un latido, sintiendo como él se me escurría de entre los dedos.  No podía perderle de nuevo ni hacerle sufrir más.

– Me quedo. Os elijo a vosotros.-

    Dije con la mano en mi vientre, la sensación de la perdida de mi hijo de nuevo había influido también, por supuesto. Inmediatamente, el se volvió corpóreo de nuevo y lo abracé desesperada.


- ¿ Estas segura, Haat?- Me preguntó mientras acariciaba mi espalda y me tranquilizaba.

– Segura, de todas maneras, ya no puedo echarme atrás. – El se quedó en silencio y yo me separe un poco para poder mirarle a los ojos- ¿ O es que puedo?

  Me sonrió con aquella típica sonrisa suya, tocando mis labios con sus dedos.

– ¿ Quieres  hacerlo? -

 Otra vez me preguntaba. Estaba segura que tenía que ser trascendental tanta pregunta.

– No, no quiero .

      Sobraban mas explicaciones, lo que yo sentía, él lo sentía, y empecé en ese momento a sentirle a él también.

   Rodeó mi cintura con su brazo y empezó a guiarme hacia lo desconocido, mientras dejaba tras mío el mundo que conocía.

   Por curiosidad eché un vistazo a mi espalda y lo que vi me entristeció. Mi gente, todos...quedaban atrás. También vi como a mi monitora le entraba un ataque de histeria mientras zarandeaba mi cuerpo caído en el suelo al  ver como yo no despertaba.  Pobre de ella y de su seminario. Al final acabaría por convertirme en una leyenda.

– Volverás a verles, a todos...todo es un ciclo.-

- Lo sé. Ahora lo sé -  Afirmé sin duda. Aunque hubiera perdido mi cuerpo material, el resto seguía estando conmigo, y mi alma, como  otras,  era vieja, y recordaba ahora que ya no tenia  la jaula de la carne atrapándola.

– ¿Donde está la trampa? - Pregunté recostándome en su pecho. Anatt siempre había sido mucho mas alto que yo. Al parecer ahora también lo sería.

      Sabia que debía haberla. Nada es tan bonito. Nunca.

      Anatt rió.

– Siempre hay trampa – continuó guiándome por aquel lugar sin forma  -  Pero el precio que pagaremos es perfectamente asumible por los dos . La llave de la vida nos ofrece eso y más.-

     Eso me tranquilizó, confiaba en él. De repente  algo apareció ante nosotros,  una especie de muro transparente con una luz  brillante que nos iluminaba en la oscuridad.

– ¿Preparada para tu nueva vida? – Preguntó sonriéndome. Y entonces supe que había elegido bien.

- Si es contigo, sí.

– Lo será. Nunca te volveré a dejar. – Me besó de nuevo y sentí como se me encogían los dedos de los pies. Siempre había sido un gran besador.

– Eso espero, estoy asustada.-

– No lo estés. Estás conmigo –  Me abrazó y miró al frente, esperando algo  – Por cierto – Volvió a mirarme desplegando una sonrisa maravillosa y unos enormes colmillos - ¿ Que sabes de los vampiros? -

FIN.


*       Sahu: En el antiguo egipto: El sahu, Atmu, o cuerpo espiritual, el que obtuvo un grado de conocimiento, poder y gloria, volviéndose duradero e incorruptible, pudiéndose asociar al alma y conversar con ella.
**     Ka: Es un concepto semejante al de la "fuerza vital", lo que diferencia a una persona viva de otra muerta, muerte que ocurre cuando ka abandonaba el cuerpo
***   Ba: Es la parte trascendente que permanece con el cuerpo tras la muerte del individuo. También es lo que hace único a un ser, similar a la noción de "personalidad".
**** Ib: Simbolizado por el corazón, es la sede de los pensamientos y las emociones según las creencias egipcias



Licencia Creative Commons
Annatt por Mary Blood se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

No hay comentarios:

Publicar un comentario