domingo, 13 de octubre de 2013

La cazadora y el dolophomos. Capítulo 1. Encuentro






La cazadora y el dolophomos. Capítulo 1. Encuentro.




La época de Mardi Grass era definitivamente una donde más trabajo había. Sumando la novedad que los Daimons ahora podían convertirse en parte demonios, lo que dificultaba matarlos sin contar el  hacerlos desaparecer y no levantar sospechas.

Caminando entre la gente Janice Smith, cazadora y amazona en otros tiempos, vigilaba que en su territorio no hubiera otra matanza. Era cierto que no podía llegar a salvar a todos pero debía hacer el intento lo mejor que pudiera, después de todo había dado su palabra y no era algo que se tomara a la ligera.

A veces apestaba ser inmortal y estar al servicio de una diosa pero la mayoría se la pasaba bien mientras pudiera hacer aquello para lo que había nacido y sido entrenada, la pelea y la matanza.

Mirando las calles vio como niños corrían de aquí para allá, jóvenes disfrutando de su “libertad”, o adultos viviendo la vida como si no hubiera un mañana…hubo un tiempo en que su vida se le pareció pero ahora ya no. Había cometido una estupidez, una equivocación y por esa causa estaba aquí.

Sus pensamientos se fueron a la deriva cuando sus muertos comenzaron a hablar guiándola.

Dejando atrás la multitud,  se interno en un callejón provisto de muchísima oscuridad, generalmente los adolescentes buscaban lugares así para hacer sus cositas o en el peor de los casos los ladrones o traficantes eran amantes de la oscuridad, solo que a veces se daban cuenta que ellos no era lo peor que podía pasarle a alguien.

Acercándose vio exactamente lo que había visto muchas veces desde que era lo que era, cuatro daimons con un humano. Había tres cuerpos más,  lo que explicaba porque solo uno estaba prendido al cuello de la masa que gemía cada vez más despacio en el suelo hasta que sintió el mismo momento que murió.

Sacando su daga se acercó y vió que el que se alimentaba levantaba la vista hacia ella.Cuando la vio, soltó a su victima y grito a sus compañeros pero era tarde, por lo menos para uno.

Atravesándolo con la daga por el pecho,  sonrío en el momento justo que explotaba. Diversión a la antigua. Agachándose, esquivó el fierro que venia directo a su cabeza, pegándole un puñetazo en medio del estómago logro hacerlo retroceder mientras se daba vuelta y le pegaba una patada en medio de los genitales al que venía por ella.

Con un rápido movimiento de manos, le clavo la daga en medio del pecho, mientras que con su otra mano saco la otra daga y se la tiró al que venia nuevamente con el pedazo de hierro.

Tres menos, faltaba uno. Dándose vuelta pudo ver la silueta del último alejándose corriendo. Maldiciendo lo cobarde que era, salió corriendo tras él  para alcanzarlo. No iba a ser facil pero pensaba disfrutar cuando lo matara.





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Mientras que en un club cerca de alli,  Deimos estaba aburrido sentado en la barra junto a su hermano

- Realmente hermano no entiendo tus gustos por estos lugares -Las humanas podían ser una gran diversión,  pero esa noche necesitaba algo más que un simple polvo. Por el contrario,  Phobos no dejaba de mirar por todos lados buscando una mujer para pasar la noche. Como gemelos debía decir que sus gustos no eran los mismos. Era  cierto que en otros tiempos había disfrutado de muchísimas humanas y todavía lo hacia cuando estaba de humor, pero su vida era la lucha, el liderazgo. Lo demás era pasajero, a veces demasiado.

- Deja de ser tan amargado Deimos…mira esa pelirroja -Rodando los ojos hizo que apareciera un babero en el pecho de su hermano ganándose una maldición y una piña en el hombro. Afortunadamente su gemelo se fue a perseguir a su nueva diversión.

Levantándose ,salió al callejón del lugar.Era festivo para  todos así que sus otros hermanos estaban quien sabe donde y lo prefería así. Ultimamente habían tenido diferencias en cuanto a la forma de hacer el trabajo.

Estaba a punto de irse , cuando escuchó un sonido muy peculiar. Dándose la  vuelta vio a dos chicas borrachas tratando de no caerse. Ellas lo miraron y le sonrieron queriendo parecer seductoras pero solo les salio una sonrisa algo torcida y poco apetecible, lo que no era raro en el estado en el que estaban.

Pero estaba seguro que había escuchado otra cosa.

Mirando para tras un segundo,  volvió la vista y cuando oyó el grito de una de las chicas,  vio como un tipo agarraba a una mientras golpeaba a la otra. Maldiciendo,  hizo aparecer sus ropas de cuero en su cuerpo e iba a atacar, pero se detuvo al ver a una  morena aparecer con una pistola apuntando directo a la cabeza del tipo.

Se quedó quieto.Esa imagen de una mujer tomando armas,  lo suficientemente segura como para patearte el trasero,  lo puso duro. Cruzándose de brazos,  se limitó a observar. Si necesitaba  ayuda se la daría de buen grado pero quería ver que tan rudas  podían ser las mujeres mortales.




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Janice vio como el Daimon tomaba como rehén a la chica. Se notaba que estaba demasiado borracha, se puso a reír histéricamente.

No había tiempo de jugar, sacando su pistola le apunto directo a la cabeza.

- Debo decir que no eres un ejemplo de hombría primero corriendo y ahora escudándote detrás de una mujer….eres una desgracia - Puso tanto desprecio en su voz como pudo.

- ¡Cállate puta! -

Janice se rió y comenzó a caminar en círculos no perdiendo de vista su objetivo

- ¿no te sabes un insulto mejor? -

Ffue ahí cuando de reojo lo vio…y se tuvo que concentrar demasiado en no perder de vista lo que estaba haciendo.Pero por los dioses que guapo que era y esa sonrisa que se extendía suavemente por su rostro.

Pero en ese momento otro movimiento capto su atención, la chica que estaba en el piso se levantó y se apoyó en la pierna del Daimon desequilibrándolo,  haciendo que soltara un poco el agarre de su víctima. Aprovechando esos segundos, disparó en medio de la frente del maldito haciendo que cayera hacia atrás. Acercándose rápidamente retiró a la chica del cuerpo del daimon y miró si estaba bien.

- Las llevare dentro -

Esa voz ronca le produjo un estremecimiento en el cuerpo . Trató  disimular todo lo que pudo pero no se engañaba, sabia que lo había visto…no queriendo mirar dejo que acompañara a las chicas dentro, cuando salieron de su vista,  atravesó al daimon con la daga haciéndolo desaparecer.



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Deimos acompañó a ambas mujeres adentro dejándolas en un reservado durmiendo y haciendo que ambas no recordaran el incidente.

Una vez que terminó su trabajo ,  salió para ver a la mujer afroamericana. Era completamente distinta a cualquiera que había conocido, había algo distinto en ella y estaba dispuesto a averiguarlo.

Cuando cruzó la puerta , vio a la mujer hablando con un policía. Entonces pertenecía a la ley. Sonriendo para sus adentros se acercó viendo como claramente la dama necesitaba que la sacaran de allí.


Continuará

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