lunes, 15 de octubre de 2012

Especial Halloween. AichaDark. "Marcada"






¡Saludos a todos!

Nos complace publicar un nuevo relato que nos ha hecho llegar nuestra amiga AichaDark. Aicha Dark escribe de tal manera que te metes en lo que lees  y nos deja un estupendo sabor de boca. No os perdáis este relato en el que se toca un tema que aún no habíamos visto en este especial de Halloween. Esperamos que disfrutéis tanto como nosotras al leerlo.

Agradecemos la confianza depositada por Aicha Dark para publicar su  estupendo relato en nuestro blog. Y os animamos a todos a enviarnos los vuestros. No es ningún concurso, tan solo es una oportunidad de que los demás puedan leer lo que escribís, por muy amateur que sea. Y que forméis parte de la gran familia en la que se está convirtiendo nuestro blog.

Gracias a todos .






Marcada



Palabras, frías y desgarradoras palabras fue lo último que se escuchó salir de sus labios antes de oír el fuerte portazo. Le vi salir de la casa cargado con sus maletas y me quedé sola con mi pena.

Decidí dedicarme ese día a mí misma, ya que no quería ver ni hablar con nadie, y porque la opresión que sentía en el pecho apenas me dejaba respirar.



Me deslicé en la ducha y sentí cómo el agua tibia resbalaba por mi suave piel. Cuando salí del baño me sentía mucho mejor, me vestí con una falda corta y una blusa y me puse zapatos de tacón ya que necesitaba encontrarme femenina ese día.

Cuando salí a la calle sentí el dulce aroma de la primavera, la llegada del buen tiempo y mi estado de ánimo mejoró considerablemente. Pedí un café para llevar en una tienda y me sentí en un banco del Gran Parque a leer.

Tan absorta estaba en la lectura que no me dí cuenta del ocupante del otro lado del banco, me llegó su aroma, olía bastante bien pero su aspecto distaba mucho de ser tan acogedor. Enfundado en unos pantalones de cuero negros que se le ajustaban a sus poderosas piernas, una melena negra y una ajustada camiseta del mismo color marcando sus músculos parecía un guerrero salido de un cuento dispuesto a despachar él sólo a todo un ejército.

De repente me miró, una mirada inquietante de depredador y me sentí desarmada por completo, cayeron abajo todas las defensas que esa mañana me había dispuesto a adoptar respecto a los hombres.

- Hola, ¿pasé el examen?- me pregunta, con voz muy masculina y seductora.

- ¿Qué?- logré decirle.

-He visto como me mirabas de reojo y me pregunté que si he pasado el examen.

- Oh, eso, lo siento yo..........-logré balbucear ruborizándome.

-Bueno ¿qué te parece si damos una vuelta en mi moto?- me invitó.

-¿Eres motero?- pregunté.

-¿Es que tengo pinta de bailarina, quizás?.- inquirió alzando una ceja. Ese gesto suyo hizo que un calor se extendiese por mi cuerpo. Aún así me sonó muy borde su comentario. Giré la cabeza para ver la moto. ¡Guau! Una pedazo moto negra descansaba tranquilamente aparcada cerca de donde estábamos.

-¿Esa es tu moto?- pregunto señalando.

-Esa es mi chica- sonríe enseñando todos sus dientes.

-Creo que se me hace tarde, no estoy yo para montar en moto hoy, llevo una falda y tacones, así que mejor otro día - empiezo a justificar mi negativa ¿estoy balbuceando incoherentemente?

-Es una pena, te lo habrías pasado muy bien- me responde poniéndose en pie y encaminándose a su moto.

No sé que me impulsó a ello pero le agarré del brazo interceptándole y le dije que iría con él. Solo una sonrisa de satisfacción cruzó por su cara. Ese calor que se había generado en mi cuerpo y más concretamente entre mis piernas parecía que me iba a asfixiar.

- Ponte el casco, no quiero que te mates antes de que lleguemos, sería una lástima.- dijo mientras me lo lanzaba.

Me arremangué la falda hasta más arriba de mis muslos y me coloqué en la parte de atrás de la impactante Harley Davidson con el casco ya puesto. Él me miró y se fijó en mis muslos al descubierto y una brillante dentadura asomó entre sus deliciosos labios.Arrancó y salimos lanzados a toda velocidad por la carretera, yo me agarré a su torso y al palpar sus músculos la boca se me hizo agua, ya pensaba en lamer cada rincón de ese duro cuerpo con mi lengua, de morder ese culo que se pegaba a mis muslos. Me eché descarada hacia delante y pegué mis pechos a su espalda en un intento de que comprendiera lo excitada que me tenía. Sí, estaba coqueteando como una cualquiera.

Pasamos a gran velocidad por numerosas calles y abandonamos la cuidad, giró la moto y se internó por un sendero, un tanto más rural, y con abundante vegetación. Fruncí el ceño, no conocía esa zona.

Al final del sendero llegamos a una casita, más bien modesta, con ventanas de madera y fachada blanca. Aparcó la moto en lo que se suponía que era una especie de garaje aunque distaba un poco de serlo porque sólo tenía un techo sin paredes.

-Oye, creo que nos hemos alejado un poco de la zona urbana…¿me podrías devolver de nuevo? Porque verás el descanso en mi trabajo acabó hace un rato, me están esperando y yo…

-Será solo un momento, ven pasa- me tiende la mano y yo tomándosela accedo a entrar. Una alarma suena en mi cabeza pero decido hacerme la valiente y omitirla, por dios, el tío estaba buenísimo y ¿qué si solo me quiere para un revolcón?

El interior me sorprendió, bastante confortable, un sofá, una alfombra bastante mullida, una cocina americana...vaya mi mente empezó a imaginar a ambos totalmente desnudos haciéndolo en cada rincón de la casa.




De repente, me pasó el brazo por detrás y empezó a masajearme los pechos, un placer infinito me recorrió entera.

-Esto es lo que has venido a buscar y yo te lo voy a dar todo- me susurró al oído y se pegó a mi espalda dejándome sentir su enorme erección.

-Sí……..- le dije. Dios mío estaba loca…


Así comenzó, me tumbó en el suelo y empezó a desnudarme y a mordisquear mi blanca piel mientras gemidos de placer se escapaban de mis labios. Lo monté y cabalgué sin cesar, disfruté de cada gota de sudor derramada y cada orgasmo que me hacía temblar además de esos ojos casi amarillos que me miraban estudiándome con todo detalle recordándome a un gran depredador.

Cuando creí desfallecer me tumbó de espaldas en la alfombra y pobre de mí, ahí comenzó mi verdadera tortura, me penetró hasta el fondo y con cada fuerte embestida alcancé el cielo ¿o tal vez el infierno?

En un minuto toda la escena cambió, sus ojos se volvieron amarillos brillantes y en su boca sus dientes crecieron de forma descontrolada, quise quitármelo de encima pero me tenía bien sujeta y cuando quise coger algo para golpearle me agarró fuerte y me pegó un mordisco en el hombro y con sus garras me perforó la piel. Grité, tan solo pude gritar y sentir cómo la sangre goteaba rozando mi cuerpo…

El despertador sonó como cada miércoles para acudir al trabajo a las 7:00 am y me dejó atontada. Ahí estaba en la cama, en mi habitación, en mi casa de siempre.

- Vaya - pensé - sólo ha sido un sueño- tenía la camiseta empapada de sudor.

Me metí en el baño para ducharme e irme a trabajar, cuando estaba completamente desnuda me miré en el espejo y ahí la vi, la mordedura, los arañazos, las heridas…….la marca del lobo.

Un grito desgarrador salió de mi garganta.

A veces lo que parece irreal no lo es tanto.


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